domingo, 17 de mayo de 2015

Efectos negativos y positivos de la tv en los niños


Existen numerosas razones para no considerar al aparato de televisión como un artefacto más, ejerce poderosa influencia, en especial sobre los niños. Los siguientes párrafos, extraídos de un trabajo de investigación, reflexionan sobre los efectos negativos y positivos de la televisión y la forma de usarla, en los niños.


Efectos negativos de la tv en los niños
Hace ya bastantes años que los científicos demostraron que los contenidos televisivos afectan a los niños y favorecen que estos imiten o reproduzcan los modelos de conducta que ven. Por eso resulta tan grave la exposición sistemática a imágenes violentas; los críos aprenden a resolver sus problemas con violencia y se vuelven insensibles ante las consecuencias derivadas a sus acciones.

Los niños que ven durante más horas la televisión son más agresivos y pesimistas, menos imaginativos y empáticos, tienden a ser más obesos y no son tan buenos estudiantes.

Está demostrado que el contenido de los mensajes de la televisión, sobre todo en el mundo accidental y más aun en los países subdesarrollados, es de baja calidad artística, con altos contenidos de violencia, agresión y exaltación de valores que no están de acuerdo con los intereses de nuestra sociedad. La exaltación del individualismo, el énfasis por el dinero y los bienes económicos, etc. La televisión ayuda a la formación de imágenes estereotipadas con respecto a profesionales, grupos étnicos, religiosos o políticos.

La TV presenta muchos más estereotipos de los que se encuentran en la vida real. Aparecen más hombres, y éstos son más agresivos, activos, constructivos y serviciales, sus actividades les aportan recompensas tangibles. Pero las mujeres tienden a ser diferentes, pasivas e ignoradas, y son castigadas si se vuelven muy activas. En los últimos años se está cambiado su imagen en la televisión, las mujeres pueden trabajar fuera de casa y, los hombres pueden estar a cargo de los niños, pero todavía hay muchos estereotipos del género.

La teoría del aprendizaje social plantea que los niños imitan los modelos que ven y entonces, los que ven más TV estarían más tipificados por el género. Además, se demostró que ambos sexos recuerdan mejor las secuencias televisivas que confirman estereotipos, pero cuando éstos son rotos, los niños reaccionan, suelen ser más flexibles en sus visiones y aceptan que hombres y mujeres tengan ocupaciones no tradicionales. En las investigaciones se ha observado que las niñas son más receptivas a estos cambios, aceptan los roles no tradicionales tanto en los demás como en ellas mismas.

A pesar de los cambios en gran parte de televisión, se sigue retratando un mundo en el que se valora ser hombre, blanco y joven, y se denigra el ser mujer, viejo, de piel oscura o extranjero. A esto se le suma el que en los comerciales las diferencias entre los roles de género son mucho mayores en la vida real, y muy pocos de ellos rompen con los estereotipos.

Algo similar ocurre con las escenas de contenido erótico. Por un lado, casi nunca ofrecen educación sexual, es decir, nunca hablan por ejemplo de la posibilidad de contraer enfermedades. Por otro, dificultan que los niños puedan distinguir lo que es adecuado a su edad y lo que no, con lo que les puede resultar más difícil poner límites en un futuro.

Otro de los problemas asociados a la televisión es que, mientras los chavales están tumbados en el sofá, apenas mueven un músculo. Si encima se atiborran de chucherías delante de la pantalla, el camino hacia la temida obesidad está servido.

En algunos casos, la tele puede incluso crear adicción. Son niños que la enchufan nada más levantarse por la mañana o en cuanto llegan de la escuela. Dejan de hacer los deberes por una serie o por cualquier otra cosa, y cuando alguien apaga el aparato ponen el grito en el cielo o se muestran muy irritables. La vida que ven a través de la televisión les satisface más que su propia situación, y así eluden sus problemas de la peor forma.

Además de los aspectos negativos ya citados anteriormente, existen otros muchos que a menudo suelen pasar desapercibidos o no se les llega a dar tanta importancia. A continuación muestro una pequeña lista de algunos de ellos, como pueden ser:

·      La televisión desplaza los tipos activos de recreación; Disminuye el tiempo dedicado a jugar con otros niños. Disponen de menos tiempo para usar su imaginación y para pensar. También la TV, les deja menos tiempo para los deportes, la música, el arte, etc.
·      La televisión disminuye el tiempo disponible para la conversación y el intercambio de opiniones; Reduce las interacciones sociales con la familia y las amistades.
·      La televisión reprime la inclinación a la lectura.
·      Pasar demasiado tiempo viendo la televisión (más de 4 horas al día) decididamente disminuye el rendimiento escolar; El exceso de televisión interfiere en el estudio, la lectura y el tiempo para pensar. Si los niños no duermen lo suficiente porque están viendo la televisión, al día siguiente no estarán lo suficientemente atentos para poder aprender bien.
·      La televisión reduce la voluntad para hacer ejercicios.
·      La publicidad en la televisión fomenta la demanda de posesiones materiales; Los niños presionan a sus padres para que les compren los juguetes que ven anunciados. La televisión presenta el materialismo casi como un estilo de vida.(Marco.2003 ).

Efectos positivos de la televisión en los niños
La televisión no solo tiene efectos negativos en la formación de los niños; sino que también es un invento fabuloso que nos permite, además de buenos ratos de entretenimiento, un conocimiento que, sin su existencia, sería imposible. No hay porque eliminarla o discriminarla por completo. Bien empleada, puede aportar a nuestros hijos muchas cosas buenas, ya que les permite conocer el mundo, aprender geografía y costumbres de otros pueblos, aficionarse a las manualidades, el bricolaje, la cocina...

Lo importante es estudiar la oferta y hacer mucho “zapping”, teniendo en cuenta que, muchísimas veces, los valores con un valor educativo importante no están incluidos en la parrilla infantil, sino en el horario escolar.

Les divierte ver programas como “Pasapalabra”, un programa ideal para toda la familia; “El Conciertazo”, un espacio donde enseñan música clásica de manera amena y divertida; “Waku Waku”, en el que se puede aprender bastante de animales y ecología;
... Y seguramente se pueden mencionar otros muchos, solo hace falta buscar bien en las programaciones de las diferentes cadenas de televisión.

También hay películas que merecen la pena; y que fomentan la educación y la imaginación de los más pequeños de una manera sana. El problema es que la mayoría de ellas no se retransmiten a una hora adecuada; sino que las echan cuando los niños están en el colegio o de madrugada; ante estas situaciones, se pueden grabar y ser vistas luego por toda la familia.

Precisamente, ver la televisión con ellos y comentar los contenidos que aparecen en ella, es una regla de oro en el uso de la pequeña pantalla: Así sacan mejor provecho de los buenos programas, se contrarrestan los efectos nocivos de los que no lo son, se fomenta su espíritu crítico y, lo mejor, se llega a pasar un rato estupendo en familia. Por ello los padres pueden y deben ayudar a sus hijos a tener experiencias positivas con la televisión, de esta manera su deber es:

·      Mirar los programas con los hijos.
·      Escoger programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño.
·      Poner limites a la cantidad de tiempo que pasan ante la televisión (tanto a diario como por semana)
·      Apagar el televisor durante las horas de las comidas y del tiempo de estudio.
·      Apagar los programas que no les parezcan apropiados para la edad de su hijo.
·      No usar la televisión como distracción o como “niñera” en los niños de edad preescolar.
·      Enseñarles a elegir los programas con discernimiento; enseñarles a consultar la guía de programación para elegir los programas más adecuados.
·      Estimular a los hijos para ver programas educativos o que enseñen los valores humanos.
·      Prohibir los programas violentos.
·      Discutir los anuncios publicitarios con sus hijos, ayudarles a identificar cuales exageran y cuales no.
·      Hablar sobre la programación que ven, explicándoles las diferencias entre la realidad y la ficción.



Extraído de:
LA INFLUENCIA DE LA NUEVA TELEVISIÓN EN LAS EMOCIONES Y EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS
Revista Internacional de Psicología
Dr. Serafín Aldea Muñoz
Director Departamento de Psicología Universidad de Soria

lunes, 4 de mayo de 2015

Los niños pasan mucho más de lo aconsejado frente a las pantallas

La presencia de las pantallas en los menores es más cada vez más activa, la cantidad creciente de tiempo frente a celulares, tabletas, TV y computadoras entraña nuevos riesgos  ¿Cuáles son? ¿Qué se considera “consumo saludable”?


Un informe norteamericano advierte riesgos en el creciente tiempo de exposición a celulares, tablets, TV y computadoras.

“Dieta” digital en la primera infancia
Dos horas diarias de exposición frente a cualquier tipo de pantalla –TV, videojuegos, tablets, PC y celulares– es el tiempo que recomienda la Academia Americana de Pediatría (AAP, de los Estados Unidos) para niños y adolescentes. Pero este número parece muy limitado si a la tradicional TV le sumamos el resto de las pantallas que llegaron para quedarse en el universo lúdico infantil: videojuegos, DVD portátil, juegos on line, tablets y celulares.

En el estudio de la AAP “Chicos, Adolescentes y los Medios”, presentado la semana pasada en su conferencia anual en Orlando, se recomienda, además, que los menores de dos años no deberían tener acceso a ningún tipo de dispositivos.

Los principales riesgos señalados por la institución médica están relacionados a problemas de sedentarismo, atención y comportamiento. Algunas cifras del informe alarman. Se señala allí que los chicos de ocho a 10 años pasan casi ocho horas por día con distintos dispositivos y más del 75% de los de 12 a 17 tiene un teléfono celular desde donde acceden a juegos. El tiempo de exposición se duplicó en los últimos cinco años.

Local. En la Argentina, las cifras son muy similares. Ariel Melamud, pediatra, coordinador del equipo de informática de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), cree que las dos horas recomendadas por la AAP distan mucho del consumo multimedial real. “Los chicos usan la PC, los videojuegos y ven TV, muchas veces, en simultáneo. Si pensamos en dos horas, significa sólo algunos minutos por dispositivo.

Si sumamos el tiempo que los chicos pasan ahora con cada aparato, o con todos a la vez, la cuenta arroja cerca de seis horas, y eso no es malo de por sí”, explica. Para el especialista no es lo mismo si el niño consume contenidos educativos o juega en línea con compañeros que si está encerrado solo. “No debemos considerar el uso de los dispositivos desde la mirada de nuestra generación. Los chicos los resuelven con una plasticidad cerebral distinta. Hay un cambio evolutivo que debemos seguir, pero también nivelar con actividad física y descanso”, completa.

Roxana Morduchowicz, directora del programa Escuela y Medios del Ministerio de Educación de la Nación, en su libro “Los adolescentes del siglo XXI, los consumos culturales en un mundo de pantallas”, sostiene que en un año, en promedio, los chicos pasan más tiempo con la TV, Internet y teléfonos que con cualquier otra actividad, incluyendo la escuela. Su investigación abarcó a más de 1.200 jóvenes de 11 a 17 años en la Argentina, durante 2011. De acuerdo con el informe, ocho de cada diez chicos y chicas pasan entre cuatro y seis horas con los medios mencionados.

Consumo saludable. La recomendación de la AAP para padres es que ayuden a los chicos con una “dieta digital”, para que ellos aprendan a seleccionar de manera saludable lo que consumirán en los medios sociales. Melamud está de acuerdo en que debe existir una educación en el uso de los medios sociales y que hay que vigilar conductas raras o síntomas como dolor visual o muscular o cambios en el comportamiento.

Ambas instituciones recomiendan que los padres entiendan las tecnologías para discutir con los chicos su uso y armar un plan de uso de los dispositivos donde existan espacios como las comidas, el descanso, conversaciones familiares, libres de toda tecnología.




Por Maria Besuschio
Fuente
Diario Perfil Buenos Aires
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