viernes, 20 de abril de 2012

¿La escuela debe formar televidentes críticos?

La televisión es parte de nuestra vida, y no puede ser ignorada por la escuela, más que un recurso didáctico, debe ser en si, un objeto de estudio ¿Por qué debemos ser televidentes activos? Los siguientes párrafos reflexionan sobre el tema.



Los  medios  informativos  audiovisuales,  como  la  radio  y la televisión, construyen la realidad al representarla y explicarla -en la medida en que son capaces,  dadas sus limitaciones  técnicas  y expresivas- mediante sus recursos y su específico lenguaje.

En ese contexto se enmarca la nueva realidad educativa. La escuela ya no cuenta con el monopolio de la educación de sus alumnos, que poseen otras vías de asimilación de saberes y de conformación de valores y actitudes, como son la familia y el grupo de iguales, y, en especial, por su fuerza y penetración, los medios de comunicación audiovisual. A ellos dedican tantas horas anuales, en particular a la televisión, que su papel en la educación y en la vida de los escolares, ya de por sí apreciable, crece hasta condicionar la labor de la escuela, que no puede permanecer ajena a esta realidad, ni con la indiferencia ni con el rechazo curricular. El acercamiento crítico a la interpretación que realizan de la realidad, y a los contenidos de todo tipo, ha de ser un presupuesto ineludible del trabajo en las aulas, lo que constituye no sólo un recurso valioso desde el punto de vista del aprovechamiento educativo, sino también un requisito necesario más que nunca en el contexto mediático actual.

La lectura del medio radiofónico y del televisivo, y la formación mediante ella de receptores analíticos y con autonomía crítica (criterio propio), es tan importante o más que la utilización de dichos medios como recurso didáctico, máxime si este empleo no va acompañado de una reflexión y un debate sin el cual podría verse reforzada y legitimidad por la práctica cotidiana en el aula una visión neutra o transparente de los medios, tan arraigada en las sociedades tecnológicamente avanzadas y en los receptores de menor edad y preparación sociocultural más precaria.

Tanto los contenidos  informativos  como  la publicidad  tienen múltiples posibilidades de rentabilidad académica: hacen referencia a la realidad por simulación o por contraste, entroncan directamente con los valores esenciales de la sociedad, demandan una capacidad de análisis tanto formal como semántico, y necesitan ser desmitificados por los alumnos, que, al aprender a descreer de muchas presentaciones de los medios y al conocer los procesos de la comunicación, tendrán, por añadidura, un elemento más que servirá para favorecer la actualización de los contenidos curriculares.  Se aboga por una labor educativa presidida por un enfoque eminentemente crítico, reflexivo al tiempo que instrumental, sin que caiga, no obstante, en los riesgos de una concepción hipercrítica.

Ocuparse de los medios, desde la teoría y la práctica, tendrá también otras virtudes: servirá como fuerza dinamizadora en la clase, como elemento motivador, que rescate de la inhibición a muchos alumnos y permita trabajar en equipo.

Extraído de las conclusiones de
Tesis doctoral
Autor: Juan-Francisco Torregrosa Carmona
Director: Dr. Luis-Miguel Martínez Fernández
Hacia una lectura crítica de la información radiofónica y televisiva en la escuela



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