Una estrategia de investigación ha sido la clasificación de
los programas de TV en agrupamientos basados en la audiencia objetivo, en la
hora o día de la semana presentado, en el contenido general, o en las
intenciones del productor. Varios estudios han usado clasificaciones tales como
programas de niños/as, noticias, programas de sábado por la mañana, o programas
educativos. Los análisis de contenido de esos agrupamientos han estado basados en
personajes o sucesos, o, como discutieron Huston y Wright, sobre la aparición
de varias características formales. Una investigación compara los programas del
sábado por la mañana, programas educativos de día, y programas de TV de hora
punta en una variedad de características formales.
La hipótesis de Dorr de que el niño/a pequeño representa a
la TV como un aparato de personajes y sucesos no relacionados con contextos más
amplios se corresponde con las conclusiones de Collins basadas en el análisis
de la comprensión de los niños/as en edad escolar de los programas adultos de
TV. Mientras los niños/as pequeños pueden recordar muchas acciones y sucesos
individuales de un programa adulto de TV, «a menudo fallan en comprender las
relaciones interescena». Por tanto, como un entendimiento conectado de los
sucesos individuales y escenas de un programa de TV es necesario para un nivel
adulto de comprensión, está implícito que tal comprensión es esencial para los
juicios de la realidad de un programa de TV.
No sólo son los/as niños/as más pequeños/as quienes con
menor probabilidad hacen inferencias relacionando las escenas relevantes, son
también los/as que con mayor probabilidad proveen interpretaciones
idiosincrásicas de los programas de TV basados en el limitado conocimiento del
mundo con el cual interpretan los programas. Este conocimiento se supone que
está fuertemente relacionado con el status socioeconómico familiar y otras características
y valores. Una idea importante respecto a los procesos de comprensión de los
niños/as procede de la observación de Collins de que los más pequeños aplican
estereotipadamente su conocimiento de secuencias de sucesos comunes al
interpretar un programa. Ellos, con menor probabilidad que los niños/as
mayores, se dan cuenta de las desviaciones del programa de esas secuencias
específicas del suceso.
La presentación del contenido de TV, a través de modos visuales
y verbales, provee formas dobles para los/as niños/as de representar la información. Este
sistema de símbolo visual y auditivo único explica parcialmente el atractivo y
la comprensibilidad de la TV para los niños/as pequeños.
En cuanto a los conceptos emergentes de los géneros de TV,
parece que los/as niños/as diferencian clases y subgrupos de programación que
son marcados por la forma y por el contenido. Ellos/as amplían su conocimiento
de un tipo o género determinado al aprender su clasificación, su veracidad, su
propósito, su audiencia objetivo, sus formas y formatos y su contenido típico.
Los/as niños/as pequeños/as reconocen y usan los indicadores de forma y
contenido que diferencian los géneros y el status de realidad de la TV.
A menudo la incapacidad del niño/a de comprender los sucesos
representados es atribuida a la utilización de las técnicas de cámara y las
manipulaciones de edición, conocidas como «montaje», más en concreto las
características formales de producción de las que se compone (atributos de los
programas que resultan de las técnicas de producción visuales y auditivas).
La mayoría de los programas de TV de mayor audiencia
incorporan una cantidad considerable de montaje. Dada la frecuencia de tales
técnicas, su uso e interpretación debe ser central para el procesamiento del
niño/a pequeño del contenido de la TV. Muchos cambios de escena y acción deben ser
integradas a través de esas transformaciones perceptuales para lograr una
representación unificada de la narrativa de TV.
Tal «literatura del film» es gradualmente adquirida. Los
niños/as preescolares comprenden más información traída a través del montaje de
la que había sido previamente estimada. Alguna comprensión sustancial del
montaje está ya establecida en niños/as preescolares. La investigación de
Smith, Anderson y Fiseher, sin embargo, indica comprensión sustancial del
contenido llevado a través de técnicas cinemáticas en niños/as de 4 años de
edad. Ya que los productores de TV aparentemente introducen características
formales para vehicular el contenido, este aspecto de la forma de TV debe ser
explorado a fondo.
Huston y Wright han dirigido la atención a la posible
importancia de las características formales de la TV en influenciar la
atención, comprensión, y la
estimulación. Al igual que Anderson y Lorch, se han movido desde
modelos simples donde «las características formales atraen la atención con la
memoria consiguiente» a formulaciones más complejas donde «las características
formales desempeñan funciones de señalización» importantes para las estrategias
de atención y comprensión.
Anderson y Lorch remarcan que no ha habido demostraciones de
que las características formales atraigan la atención independientemente del contenido
asociado. Huston y Wright se dieron cuenta de que las características formales
pueden tener múltiples funciones en la organización de la
atención, la adquisición de información y los aspectos
afectivos producidos por la visión de TV. La investigación sobre el
procesamiento de TV por los/as niños/as pequeños/as ha verificado que ciertas
características formales afectan a la atención de los/as niños/as y retención
del contenido televisado.
La comprensión por los/as niños/as del contenido de la TV
depende en parte del aumento de su independencia respecto a las demandas
sensoriales y su familiaridad creciente con las características de producción
formales de la TV que sirven para estructurar sus mensajes y señalar su
contenido importante y merecedor de atención (Wright y Huston).
Extraído de
Revista Complutense de Educación
1998, vol. 9. ni 2:41-77
El mundo de la televisión
Diana García Corona
Profesora Departamento MIDE. Facultad de Educación
Universidad Complutense de Madrid
Ana Isabel Martín Ramos
Licenciada en Ciencias de la Educación
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