jueves, 21 de agosto de 2014

Los niños menores de tres años y la televisión


Presento a continuación  las conclusiones y algunas ideas para próximas investigaciones, de un trabajo sobre los niños menores de tres años y la televisión ¿Qué papel cumple la televisión en la vida del niño? ¿Existen productos audiovisuales que sean verdaderamente educativos?  


Se desprenden algunas ideas, preguntas y consideraciones sobre la relación entre los niños menores de tres años y la televisión:

1. De acuerdo con las investigaciones hechas principalmente en Estados Unidos, se ha establecido que la presencia de la televisión y de otros medios electrónicos es central en la vida cotidiana de los niños, y que el número de horas que pasan frente a la pantalla tiende a incrementarse con el tiempo, con la edad y si tienen televisor en su cuarto. A esto se suma el crecimiento de una industria audiovisual dirigida especialmente a ellos. ¿Pero qué ocurre en nuestro contexto específico? ¿Cómo es la presencia de la televisión y de las pantallas en general (videojuegos, computadores, juguetes electrónicos, entre otros) en la vida de los niños menores de tres años, en un país latinoamericano? Si se tiene en cuenta que una parte importante de los niños en nuestro país vive en condiciones de pobreza, ¿cómo reciben los mensajes televisivos estos niños en situación de vulnerabilidad?, ¿qué tipo de programas ven?, ¿cuánto tiempo están ellos frente a las imágenes? Hay algunos datos preliminares, sin embargo aún desconocemos varios aspectos. La relación de los niños menores de tres años con los medios de comunicación parece pasar inadvertida para distintas instancias y la investigación sobre el tema no avanza, o por lo menos no lo hace al ritmo progresivo de la industria y el mercado audiovisual dirigido a ellos.

2. Aunque buena parte de los videos y programas de televisión dirigidos a niños menores de tres años señalan que persiguen fines educativos, no se ha logrado establecer con claridad que este tipo de productos pueda cumplir con estos propósitos: al respecto hay bastante polémica. Por el contrario, uno de los temas sobre el que existe bastante consenso es el rol que la interacción con los padres u otros agentes educativos tiene en los procesos de aprendizaje de los niños. Más que los productos audiovisuales en sí mismos es la interacción con los agentes educativos lo que marca la diferencia, de tal forma que uno de los desafíos de este tipo de productos es estimular o potenciar la interacción entre los agentes educativos y los niños.

3. Una de las preocupaciones centrales de las investigaciones mencionadas ha sido el tiempo que el niño permanece frente a las imágenes mediáticas, sin embargo, es necesario considerar también el tipo de contenido que observan. Al parecer existe alguna evidencia empírica en la que se señala que cuando los niños mayores de tres años ven programas televisivos con contenido educativo tienden a presentar a largo plazo mejor desempeño académico y comportamientos pro sociales, lo que no ocurre cuando ven solo programas de entretenimiento con contenidos violentos. ¿Qué tipo de programas de televisión, videos, DVD y videojuegos, ven los niños menores de tres años? ¿A qué tipo de contenidos tienen acceso?

4. Las investigaciones revisadas han generado hallazgos interesantes en áreas como el consumo, el aprendizaje y la atención, pero se requiere también indagar y analizar las condiciones económicas, sociales y políticas ligadas con la expansión de los productos audiovisuales dirigidos a niños menores de tres años y su incorporación en la vida cotidiana. La irrupción y saturación de imágenes en el hogar debe interpretarse a la luz de dinámicas sociales amplias, de las lógicas del mercado, de decisiones de orden político y de las condiciones en las que viven las familias de estos niños.

5. Las investigaciones reseñadas han ido tomando distancia progresivamente de modelos reactivos de recepción televisiva en los que se consideraba que los sujetos eran seducidos o atrapados por las características formales de los medios, y cada vez avanzan hacia concepciones de sujetos activos, que procesan información, que orientan sus acciones y las de los otros dependiendo de determinados intereses o motivaciones. El reconocimiento de los niños desde su nacimiento como sujetos partícipes de su aprendizaje puede impactar la producción de mensajes acordes con sus capacidades, necesidades y desarrollo.

6. A pesar de los logros de los estudios mencionados, sus resultados tienen algunos límites. Una parte se llevó a cabo en laboratorios y en estos espacios no se logra captar del todo las condiciones habituales en las que un niño y sus padres ven la televisión. En ocasiones es difícil extrapolar o generalizar los resultados de algunos de los experimentos, por el tipo de población que participó en ellos o porque el contenido televisivo comercial no fue considerado en las pruebas. Sin embargo, estos trabajos han ido revelando la complejidad de una práctica cotidiana aparentemente simple como es la de ver televisión. Otro de los límites es que se centran en el hogar, y si bien es cierto que el contacto de los niños con la televisión tiende a iniciarse en casa, ellos también asisten a otros espacios, como guarderías, jardines infantiles y hogares comunitarios, donde los medios de comunicación también pueden estar presentes, por lo que se hace necesario examinar también lo que ocurre en estos lugares.

7. De las investigaciones analizadas surgen varias preguntas abiertas, de las cuales se formula aquí una: ¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo en los niños de una exposición tan temprana a los medios de comunicación y en especial a la televisión? Al respecto hay evidencia cruzada. Por ejemplo, en el trabajo de Pagani, llevado a cabo en Canadá, se encontró que había una relación negativa entre una exposición temprana a la televisión, los logros académicos y hábitos saludables. Luego de hacer un seguimiento a los reportes de padres sobre el tiempo de televisión que veían sus niños con edades que oscilaban entre 29 y 53 meses y comparar los registros escolares de estos en primaria, así como otros indicadores, se señaló por ejemplo, que por cada hora adicional vista a los 29 meses, se notaba un descenso del 6% en el desempeño en matemáticas y de 13% de actividad física. En las conclusiones de este estudio se indica que hay riesgos a largo plazo por una exposición temprana a la televisión. En contraste, los resultados de la investigación de Schmidt, adelantada en Estados Unidos, manifestaba que no se observaba que el tiempo de ver televisión ocasionara ni beneficios ni detrimento de las habilidades cognitivas y del lenguaje de los niños de tres años.

8. El diseño de los productos audiovisuales para estas edades implica tener en cuenta los hitos de desarrollo de estos niños, sus procesos cognitivos, la manera como procesan información de la pantalla, y desde luego su contexto.

9. Aun en los trabajos analizados no se ha podido establecer con claridad el tipo de competencias, habilidades o conocimientos que puedan ser “enseñados” a los niños a través de la pantalla: ¿Qué pueden aprender los niños de la televisión? ¿Qué se les puede enseñar a través de los medios a los infantes de estas edades? Estas son preguntas que desafían varias instancias: académicas, políticas y desde luego a los productores audiovisuales. Para responderlas es necesario seguir adelantando investigaciones sobre esta área, seguir planteándose interrogantes y considerando los contextos específicos donde los niños menores de tres años crecen en un país latinoamericano.


Extraído de:
LA INFLUENCIA DE LA NUEVA TELEVISIÓN EN LAS EMOCIONES Y EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS
Revista Internacional de Psicología
Dr. Serafín Aldea Muñoz
Director Departamento de Psicología Universidad de Soria
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