miércoles, 1 de agosto de 2012

Características del telespectador

¿Cuáles son las características de los niños como televidentes? ¿Qué buscan? ¿Cómo evolucionan? ¿Con qué fines ven televisión? ¿Qué tipo de aprendizajes pueden lograr?



Lo que los/as niños/as ven y lo que ellos/as toman de las experiencias de visión depende en parte de las características que traen a la situación de visión:

a) Edad: los niños/as pequeños tienen unos pocos y menos complejos esquemas y guiones sociales que los más mayores. Los niños/as más pequeños/as aparentemente aplican esquemas simples en sus esfuerzos para recordar contenido; los mayores incorporan el contenido del programa en esquemas más altamente diferenciados, y

b) experiencias previas: los esquemas que los niños/as traen a una experiencia de visión de TV también varía con las diferencias individuales en experiencia y conocimiento. Las experiencias de la vida real son una importante fuente en la configuración de los esquemas que los/as niños/as traen a la situación de visión y, por tanto, son un determinante de cómo los/as niños/as interpretan los mensajes que ven.


En el estudio de Wright y otros, tanto el cambio del desarrollo cognitivo como la experiencia de visión se proponían como posibles bases para el desarrollo de los conceptos de realidad de los niños/as.
 
El proceso de visión como aprendizaje incidental: motivos y objetivos
Se ha propuesto que la mayoría de lo que los/as niños/as adquieren de la TV ocurre por medio del aprendizaje incidental más que intencional. En este contexto la importancia de los motivos y objetivos de los niños/as para ver TV necesita ser enfatizada; el análisis del proceso de visión como aprendizaje incidental requiere la inclusión de los propósitos, objetivos, y satisfacciones de los/as niños/as en la visión, junto con sus niveles variantes de procesamiento como determinantes de atención y comprensión. Se identifican múltiples determinantes de motivación y compromiso, atención selectiva, esfuerzo requerido y gastado, y nivel de comprensión logrado.



Los niños/as pequeños buscan con frecuencia entretenimiento, humor o diversión en la TV, raramente se aproximan a ella con una intención de aprender, aunque su disfrute puede depender de su capacidad para comprender alguno de sus mensajes. Algunas veces los/as niños/as también disfrutan de las situaciones que provocan miedo, de los programas de horror o la excitación de las películas de suspenso.


La necesidad de información puede también ser un motivo. Un objetivo adicional es la necesidad de conocer los programas que más gustan o son más discutidos por su grupo de iguales. A causa de que la mayor parte de la visión de TV ocurre en un contexto de búsqueda de entretenimiento relajado, lo más razonable es discutir el procesamiento cognitivo implicado como aprendizaje incidental más que intencional. Un modelo de aprendizaje incidental es especialmente apropiado para niños/as muy pequeños/as, ya que están en un nivel preoperacional de desarrollo cognitivo, donde la distinción formal entre aprendizaje intencional e incidental parece tener poco sentido; todo es incidental. Por ejemplo, los/as niños/as preescolares no recuerdan el material mejor cuando son instruidos para recordar que sin tales instrucciones. La capacidad metacognitiva para guiar y planear el procesamiento de forma que la memoria se vea mejorada bajo tales condiciones de aprendizaje intencional se desarrolla durante la mitad de la infancia.


Incluso los/as niños/as que son suficientemente mayores para usar los procesos de metamemoria pueden no invocarlos cuando están viendo la TV. Cuando el aprendizaje es incidental, el/la niño/a puede no usar toda su capacidad cognitiva para procesar. Salomon ha propuesto que la TV a menudo elicita relativamente poco esfuerzo mental, y de hecho poca elaboración mental (esfuerzos al codificar, comparación con los esquemas existentes, intentos deliberados para seleccionar información importante, o repetición de información). De hecho, la diferencia en la cantidad aprendida no es inherente al medio, sino que resulta en parte de las expectativas o motivaciones con las cuales el/la espectador/a se aproxima al medio.



Atención y estilos de visión de TV
Hacia la década de los 70 nada se sabía sobre la atención que los/as niños/as prestaban a la TV excepto que diferente programación recibía diferentes niveles de atención visual por parte de ellos/as. Desde entonces se ha estudiado más ampliamente la atención de los niños/as a la TV.


Un importante grupo de descubrimientos empíricos concluye que la atención visual está relacionada con la ocurrencia de varias características formales tanto visuales como auditivas. En cuanto a la atención visual prestada a la TV en función de la edad se observa que los/as niños/as pequeños/as son más vulnerables ya que su atención es controlada por las características formales. Así, los niños/as son vistos como bombardeados por los estímulos, y con menos autocontrol. Si, como

Singer sugiere, la reacción de orientación a la TV es la base para la visión de ésta, se esperarían altos niveles de atención a la TV en los niños/as tan pronto como el reflejo de orientación esté bien establecido, alrededor de los 3 meses de edad. Hollenbeck y Slaby informan que niños/as de 6 meses de edad prestan alguna atención visual a la TV cuando permanecen cerca de ésta sin juguetes.

 Según Anderson y Levin, la atención visual se incrementa en con la edad, debido principalmente al aumento en la duración de la visión y en la frecuencia con que sc mira la TV a partir de los 30 meses de edad.

Las evidencias obtenidas por estudios posteriores convergen en afirmar que existe un gran incremento en un gran incremento en la visión de la TV hacia los 2 años y medio. A esta edad, los niños/as han desarrollado un esquema de visión. Este incremento en la visión es consistente con las teorías del desarrollo cognitivo que establecen que entre los 2 y 3 años de edad se produce una transición de la representación y conocimiento sensoriomotor a un nivel preoperacional más elevado o representación «icónica », más simbólico (Bruner y otros). Este crecimiento cognitivo posibilita que el niño/a desarrolle y aplique esquemas de comprensión a la TV, lo que lo lleva a interesarse más por lo que ve y a pasar más tiempo frente al televisor. Más allá de los 2 años y medio, la atención visual a la TV continúa aumentando en los años preescolares y puede estabilizarse durante los años de la escuela. Este incremento refleja también un mayor conocimiento del mundo y la comprensión de los códigos cinemáticos y las estructuras de formato de TV.


Cuando un/a niño/a se desarrolla normalmente la comprensión de lo que ve en televisión se va haciendo cada vez más comprensible constituyendo un elemento con mayor potencialidad de información y entretenimiento.


Ver TV implica distintos niveles de atención. Así, existe una gran variedad de estilos de visión en los telespectadores. El estilo de visión está una función de la edad, del entorno de visión, de la importancia del programa para el telespectador, y de la intención del telespectador Durante los primeros años de investigación de Sesame Street, la Children Televisión Workshop (CTW) identificó 3 estilos de visión entre los niños/as de 3-5 años:

quienes «ven la TV durante horas con sus ojos raramente apartándose de la pantalla»;

«quienes constantemente controlan todas las actividades en la habitación mientras ven»;

y quienes muestran «participación verbal, física, activa, manifiesta en la acción televisada».


No obstante, se ha señalado que existe poca relación sistemática entre el estilo de visión y el aprendizaje. Los/as niños/as pequeños/as muestran un estilo de visión bastante restringido indicando que ellos sólo han comenzado a desarrollar un conjunto de técnicas de visión. Los/as niños/as mayores tienen un estilo de visión mas desarrollado que les posibilita una considerable flexibilidad en la visión. Probablemente obtienen mucho más de lo que quieren de los programas independientemente del tiempo total que están frente al aparato. Cuando reaccionan a la forma del programa, parecen mostrar un estilo de visión bastante maduro.

La noción de que los telespectadores que ponen más atención a un programa de TV aprenderán más de él puede aparecer atractiva, pero el descubrimiento del CTW de que el estilo de visión no está aparentemente relacionado con el aprendizaje sirve como una advertencia contra las conclusiones a este respecto. Con mayor probabilidad es la comprensión del mensaje lo que facilita la atención y no que la atención visual mejora la comprensión del mensaje. Anderson y Lorch argumentan que, al menos para los niños/as pequeños, hay una importante relación entre la comprensibilidad del contenido y la atención visual.





Extraído de
Revista Complutense de Educación
1998, vol. 9. ni 2:41-77
El mundo de la televisión
Diana García Corona
Profesora Departamento MIDE. Facultad de Educación
Universidad Complutense de Madrid
Ana Isabel Martín Ramos
Licenciada en Ciencias de la Educación


 


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