a) Edad: los niños/as pequeños tienen unos pocos y menos
complejos esquemas y guiones sociales que los más mayores. Los niños/as más
pequeños/as aparentemente aplican esquemas simples en sus esfuerzos para
recordar contenido; los mayores incorporan el contenido del programa en
esquemas más altamente diferenciados, y
b) experiencias previas: los esquemas que los niños/as traen
a una experiencia de visión de TV también varía con las diferencias
individuales en experiencia y conocimiento. Las experiencias de la vida real
son una importante fuente en la configuración de los esquemas que los/as
niños/as traen a la situación de visión y, por tanto, son un determinante de
cómo los/as niños/as interpretan los mensajes que ven.
En el estudio de Wright y otros, tanto el cambio del
desarrollo cognitivo como la experiencia de visión se proponían como posibles
bases para el desarrollo de los conceptos de realidad de los niños/as.
El proceso de visión
como aprendizaje incidental: motivos y objetivos
Se ha propuesto que la mayoría de lo que los/as niños/as
adquieren de la TV ocurre por medio del aprendizaje incidental más que
intencional. En este contexto la importancia de los motivos y objetivos de los
niños/as para ver TV necesita ser enfatizada; el análisis del proceso de visión
como aprendizaje incidental requiere la inclusión de los propósitos, objetivos,
y satisfacciones de los/as niños/as en la visión, junto con sus niveles variantes
de procesamiento como determinantes de atención y comprensión. Se identifican
múltiples determinantes de motivación y compromiso, atención selectiva,
esfuerzo requerido y gastado, y nivel de comprensión logrado.
Los niños/as pequeños buscan con frecuencia entretenimiento,
humor o diversión en la TV, raramente se aproximan a ella con una intención de
aprender, aunque su disfrute puede depender de su capacidad para comprender
alguno de sus mensajes. Algunas veces los/as niños/as también disfrutan de las
situaciones que provocan miedo, de los programas de horror o la excitación de
las películas de suspenso.
La necesidad de información puede también ser un motivo. Un
objetivo adicional es la necesidad de conocer los programas que más gustan o
son más discutidos por su grupo de iguales. A causa de que la mayor parte de la
visión de TV ocurre en un contexto de búsqueda de entretenimiento relajado, lo
más razonable es discutir el procesamiento cognitivo implicado como aprendizaje
incidental más que intencional. Un modelo de aprendizaje incidental es
especialmente apropiado para niños/as muy pequeños/as, ya que están en un nivel
preoperacional de desarrollo cognitivo, donde la distinción formal entre
aprendizaje intencional e incidental parece tener poco sentido; todo es
incidental. Por ejemplo, los/as niños/as preescolares no recuerdan el material
mejor cuando son instruidos para recordar que sin tales instrucciones. La
capacidad metacognitiva para guiar y planear el procesamiento de forma que la
memoria se vea mejorada bajo tales condiciones de aprendizaje intencional se desarrolla
durante la mitad de la infancia.
Incluso los/as niños/as que son suficientemente mayores para
usar los procesos de metamemoria pueden no invocarlos cuando están viendo la TV. Cuando el
aprendizaje es incidental, el/la niño/a puede no usar toda su capacidad cognitiva
para procesar. Salomon ha propuesto que la TV a menudo elicita relativamente
poco esfuerzo mental, y de hecho poca elaboración mental (esfuerzos al
codificar, comparación con los esquemas existentes, intentos deliberados para
seleccionar información importante, o repetición de información). De hecho, la
diferencia en la cantidad aprendida no es inherente al medio, sino que resulta
en parte de las expectativas o motivaciones con las cuales el/la espectador/a
se aproxima al medio.
Atención y estilos de
visión de TV
Hacia la década de los 70 nada se sabía sobre la atención
que los/as niños/as prestaban a la TV excepto que diferente programación
recibía diferentes niveles de atención visual por parte de ellos/as. Desde
entonces se ha estudiado más ampliamente la atención de los niños/as a la TV.
Un importante grupo de descubrimientos empíricos concluye
que la atención visual está relacionada con la ocurrencia de varias características
formales tanto visuales como auditivas. En cuanto a la atención visual prestada
a la TV en función de la edad se observa que los/as niños/as pequeños/as son
más vulnerables ya que su atención es controlada por las características formales.
Así, los niños/as son vistos como bombardeados por los estímulos, y con menos
autocontrol. Si, como
Singer sugiere, la reacción de orientación a la TV es la
base para la visión de ésta, se esperarían altos niveles de atención a la TV en
los niños/as tan pronto como el reflejo de orientación esté bien establecido,
alrededor de los 3 meses de edad. Hollenbeck y Slaby informan que niños/as de 6 meses de edad prestan alguna atención visual a la TV
cuando permanecen cerca de ésta sin juguetes.
Las evidencias obtenidas por estudios posteriores convergen
en afirmar que existe un gran incremento en un gran incremento en la visión de
la TV hacia los 2 años y medio. A esta edad, los niños/as han desarrollado un
esquema de visión. Este incremento en la visión es consistente con las teorías del
desarrollo cognitivo que establecen que entre los 2 y 3 años de edad se produce
una transición de la representación y conocimiento sensoriomotor a un nivel
preoperacional más elevado o representación «icónica », más simbólico (Bruner y
otros). Este crecimiento cognitivo posibilita que el niño/a desarrolle y
aplique esquemas de comprensión a la TV, lo que lo lleva a interesarse más por
lo que ve y a pasar más tiempo frente al televisor. Más allá de los 2 años y
medio, la atención visual a la TV continúa aumentando en los años preescolares
y puede estabilizarse durante los años de la escuela. Este
incremento refleja también un mayor conocimiento del mundo y la comprensión de
los códigos cinemáticos y las estructuras de formato de TV.
Cuando un/a niño/a se desarrolla normalmente la comprensión
de lo que ve en televisión se va haciendo cada vez más comprensible
constituyendo un elemento con mayor potencialidad de información y
entretenimiento.
Ver TV implica distintos niveles de atención. Así, existe
una gran variedad de estilos de visión en los telespectadores. El estilo de
visión está una función de la edad, del entorno de visión, de la importancia
del programa para el telespectador, y de la intención del telespectador Durante
los primeros años de investigación de Sesame Street, la Children Televisión
Workshop (CTW) identificó 3 estilos de visión entre los
niños/as de 3-5 años:
quienes «ven la TV durante horas con sus ojos raramente apartándose
de la pantalla»;
«quienes constantemente controlan todas las actividades en
la habitación mientras ven»;
y quienes muestran «participación verbal, física, activa,
manifiesta en la acción televisada».
No obstante, se ha señalado que existe poca relación sistemática entre el estilo de visión y el aprendizaje. Los/as niños/as pequeños/as muestran un estilo de visión bastante restringido indicando que ellos sólo han comenzado a desarrollar un conjunto de técnicas de visión. Los/as niños/as mayores tienen un estilo de visión mas desarrollado que les posibilita una considerable flexibilidad en
La noción de que los telespectadores que ponen más atención
a un programa de TV aprenderán más de él puede aparecer atractiva, pero el descubrimiento
del CTW de que el estilo de visión no está aparentemente relacionado con el
aprendizaje sirve como una advertencia contra las conclusiones a este respecto.
Con mayor probabilidad es la comprensión del mensaje lo que facilita la
atención y no que la atención visual mejora la comprensión del mensaje.
Anderson y Lorch argumentan que, al menos para los niños/as pequeños, hay una importante
relación entre la comprensibilidad del contenido y la atención visual.
Extraído de
Revista Complutense de Educación1998, vol. 9. ni 2:41-77
El mundo de la televisión
Diana García Corona
Profesora Departamento MIDE. Facultad de Educación
Universidad Complutense de Madrid
Ana Isabel Martín Ramos
Licenciada en Ciencias de la Educación
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