miércoles, 11 de febrero de 2015

Seis cuestiones para entender la hegemonía mediática

¿Quién tiene la capacidad de establecer sentidos? ¿Qué intereses hay detrás de los medios? ¿Son imparciales? ¿Qué valores sustentan? ¿Libertad de expresión o de empresa?


1. El sistema mediático contemporáneo demuestra capacidad de fijar sentidos e ideologías, seleccionando lo que debe ser visto, leído y oído por el conjunto del público. Por más que existan por parte de lectores, oyentes y telespectadores expectativas y respuestas diferenciadas a los contenidos recibidos, son los grupos privados de comunicación que prescriben orientaciones, enfoques y énfasis en los informativos; cuáles son los actores sociales que merecen ser incluidos o marginalizados; cuáles las agendas y pautas que deben ser destacadas o ignoradas.

Los medios difunden juicios de valor y sentencias sobre hechos y acontecimientos, como si estuvieran autorizados a funcionar como una especie de tribunal, sin ninguna legitimidad para eso. Su intención, asumida pero no declarada, es diseminar contenidos, ideas y principios que ayuden a organizar y unificar la opinión pública en torno a determinadas visiones de mundo (casi siempre conservadoras y sintonizadas con el estatus quo).

Los medios eligen los actores sociales, articulistas, analistas, comentaristas y columnistas que deben ser prestigiados en sus vehículos y programaciones. En la mayor parte de los casos, como observa Pierre Bourdieu, estos portavoces nada no hacen más que reforzar el trabajo de los “think tanks” neoliberales en favor de la mercantilización general de la vida y la desregulación de las economías y los mercados. En efecto, los “intelectuales mediáticos” o “especialistas” dicen todo aquello que sirve a los intereses de clases e instituciones dominantes, combatiendo y descalificando ideas progresistas y alternativas transformadoras.

Los grupos mediáticos mantienen también acuerdos y relaciones de interdependencia con poderes económicos y políticos, en busca de presupuestos de publicidad, patrocinios, financiaciones, exenciones fiscales, participaciones accionarias, apoyos en campañas electorales, concesiones de canales de radiodifusión, etc. No son neutros y exentos, como quieren hacer creer; son parciales, toman partido, favorecen los intereses mercantiles, defienden posiciones políticas, combaten ideológicamente a los opositores.

2. Los medios se apropian de diferentes léxicos para intentar colocar dentro de sí todos los léxicos, a servicio de sus objetivos particulares. Palabras que pertenecían tradicionalmente al léxico de la izquierda fueron resignificadas durante la hegemonía del neoliberalismo en las décadas de 1980, 1990 y parte de 2000. Cito, de inmediato, dos palabras: reforma e inclusión. De la noche a la mañana, pasaron a ser incorporadas a los discursos dominantes y mediáticos, en sintonía con el ideario privatista. Se trata de indiscutible apropiación del repertorio progresista, que siempre asoció reformas al imaginario de la emancipación social. Las apropiaciones tienen el propósito de redefinir sentidos y significados, a partir de ópticas interpretativas propias.

3. Al celebrar los valores del mercado y del consumismo, el sistema mediático subordina la existencia al mantra de la rentabilidad. La glorificación del mercado consiste en presentarlo como el ámbito más adecuado para traducir anhelos, como si sólo él pudiera convertirse en instancia de organización societaria. Un discurso que no hace más que realzar y profundizar la visión, claramente autoritaria, de que el mercado es la única esfera capaz de regular, por sí misma, la vida contemporánea. Los proyectos mercadológicos y los énfasis editoriales pueden variar, menos en un punto: las corporaciones operan, consensualmente, para reproducir el orden del consumo y conservar hegemonías instituidas.

4. Los discursos mediáticos están comprometidos con el control selectivo de las informaciones, de la opinión y de los juicios de valor que circulan socialmente. Eso se manifiesta en las manipulaciones de los noticieros y la interdicción de los puntos de vista antagónicos, afectando la comprensión de las circunstancias en que ciertos hechos acontecen (generalmente los que son contrarios a la lógica económica o a las concepciones políticas dominantes).

Los medios masivos buscan reducir al mínimo el espacio de circulación de ideas contestatarias – por más que estas continúen manifestándose y resistiendo. La meta es neutralizar análisis críticos y expresiones de disenso. Un ejemplo de lo que acabo de decir son los enfoques tendenciosos sobre las reivindicaciones de movimientos sociales y comunitarios. Son frecuentemente subestimadas, cuando no ignoradas, en los principales periódicos y telediarios, bajo el argumento falaz de que son iniciativas “radicales”, “populistas”, etc. La vida de las comunidades subalternas y pobres está disminuida o ausente en los noticieros.

5. El sistema mediático rechaza cualquier modificación legal que ponga en riesgo su autonomía y sus ganancias. A cualquier movimiento para la regulación de la radiodifusión bajo concesión pública, reacciona con violentos editoriales y artículos que presentan los gobernantes que se solidarizan con la causa de la democratización de la comunicación como “dictadores” que quieren sufocar la “libertad de expresión”. Es una grosera mistificación. Lo que hay, en verdad, es el bloqueo del debate sobre la función y los límites de la actuación social de los medios. Las grandes empresas del sector no tienen ninguna autoridad moral y ética para hablar en “libertad de expresión”, pues niegan diariamente la diversidad informativa y cultural con el control selectivo de la información y la opinión. Se confunden intereses empresariales y políticos con lo que sería, supuestamente, la función de informar y entretener. Todo eso acentúa la ilegítima pretensión de los medios hegemónicos de definir reglas unilateralmente, inclusive las de naturaleza deontológica, para colocarse por encima de las instituciones y los poderes constituidos, ejerciendo no la libertad de expresión, sino la libertad de empresa.

6. Los conglomerados detienen la propiedad de la mayoría de los medios de difusión, la infraestructura tecnológica y las bases logísticas, lo que les confiere dominio de los procesos de producción material e inmaterial. La digitalización favoreció la multiplicación de bienes y servicios de infoentretenimiento; atrajo players internacionales para negocios en todos los continentes; intensificó transmisiones y flujos en tiempo real; y agravó la concentración en sectores complementarios (prensa, radio, televisión, internet, audiovisual, editorial, telecomunicaciones, publicidad, marketing, cine, juegos electrónicos, móviles, plataformas digitales, etc.).

Todo eso hace sobresalir nuevas formas de plusvalía en la economía digital: la tecnología que posibilita sinergias y convergencias; el reparto y la distribución de contenidos generados en las mismas matrices productivas y plataformas; la racionalidad de costes y la planificación de inversiones.

Se origina de ahí un sistema multimediático con flexibilidad operacional y productiva, que incluye amplia variedad de iniciativas y servicios digitales, flujos veloces, espacios de visibilidad, esquemas globales de distribución, campañas publicitarias mundializadas y técnicas sofisticadas de conocimiento de los mercados. La finalidad es garantizar el mayor dominio posible sobre las cadenas de fabricación, procesamiento, comercialización y distribución de los productos y servicios, incrementando la rentabilidad y los dividendos monopólicos.




Autor

- Dênis de Moraes es investigador senior del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y de la Fundación Carlos Chagas Filho de Amparo a la Investigación del Estado de Río de Janeiro (FAPERJ), de Brasil. Autor, entre otros libros, de Medios, poder y contrapoder, con Ignacio Ramonet y Pascual Serrano (Biblos, 2013), La cruzada de los medios en América Latina (Paidós, 2011) y Mutaciones de lo visible: comunicación y procesos culturales en la era digital (Paidós, 2010).

jueves, 5 de febrero de 2015

¿Cuál es la concepción de cuerpo transmitida actualmente por los medios?

La lógica empresarial ha invadido el modo en que se concibe el cuerpo, y el dinero se transformó en un elemento regulador ¿En que sentido podemos decir que el cuerpo se convierte en un objeto?

En la actualidad, los medios masivos de comunicación, el mundo del mercado y de las nuevas tecnologías están presentes prácticamente en la totalidad de los ámbitos sociales influyendo notablemente en el modo en que es concebido el cuerpo. De esta manera, discursos provenientes de dispositivos como la televisión, Internet y la publicidad, contribuyen a la formación de inéditos modelos corporales. Parece ser que cierta lógica empresarial impregna todos los sectores de esta cultura. Se redefinen constantemente los valores. La ética muchas veces se deja a un lado, y todo lo que es posible realizar se efectúa, más allá de que sea o no deseable, en pos de beneficios económicos ¿Los fines justifican los medios? El dinero se transforma en regulador de gran parte de las prácticas.

Según Sibilia si bien en la era de la digitalización muchas veces se sospecha de lo material por ser perecedero e imperfecto, al mismo tiempo, se ofrece una inmensa variedad de productos y servicios capaces de modificar a gusto los contornos, volúmenes, tonalidades y relieves de los cuerpos en tanto existe una devoción por las buenas formas, la estética, y el bienestar corporal.

En lo relativo al espectáculo deportivo, circulan diversas representaciones sobre el cuerpo. Ariel Scher, periodista que teoriza sobre esta cuestión, distingue dos lógicas dominantes: la lógica de la “alta competición”, en la que todo o casi todo es posible con y en el cuerpo de un deportista con tal de alcanzar resultados; y la lógica de la prensa deportiva, que generalmente funciona para contar los resultados, sin revisar cuál es la construcción individual y colectiva de los actores de ese show, cuál es el proceso que modela a los generadores de los resultados, cuál es el sentido de que los cuerpos se preparen o dejen de prepararse para hacer deporte . “Y en ese contexto, dentro del espectáculo deportivo, se mueven y se dejan mover los cuerpos de los deportistas, que son protoplasma con talento, pero sobre todo con precio. Los cuerpos de los deportistas: mercancías muy famosas, bastante famosas o con posibilidades de volverse famosas porque la fama es, y fuertemente, otro valor de mercado.”. Así, es común encontrarse con frases como “tal jugador es de tal equipo”, o “tal deportista fue pagado por un club tanto dinero”. En este sentido, se puede hablar de una “matematización” y objetalización permanente del cuerpo humano y de sus capacidades.

Por otro lado, cambia la manera que tienen los sujetos de relacionarse consigo mismos y con los demás. Hay una proliferación de modos de comunicación, como las redes sociales y la telefonía celular, que generan novedosas formas de interactuar, donde el cuerpo pierde su centralidad. “Los intercambios sociales tradicionales se caracterizaron por un soporte subjetivo en el cuerpo mientras que en la contemporaneidad la virtualidad posibilita la ausencia del mismo en las relaciones”. (Benito, K., Zambrini).

En síntesis, de lo desarrollado hasta aquí se delimita entonces que, actualmente, habría dos tendencias: por un lado, se objetaliza al cuerpo (ya sea desde la estética y la belleza transmitiendo modelos ideales, o desde el rendimiento y las ganancias que éste puede producir) transformándolo de esta manera, en una mercancía más. Por otro, se sustrae al cuerpo de los intercambios sociales en tanto ya no es necesaria su presencia para establecer relaciones personales. A partir de ambas tendencias es posible recortar, entonces, lo impersonal3  como característica de la época ya que los modelos transmitidos son iguales para todos, como si fueran los únicos posibles; y las palabras que se utilizan en las comunicaciones virtuales, no pertenecen a ningún cuerpo en particular (dejándose de lado el lenguaje corporal).



Extraído de:
Kopelovich, P. (2013) Propuestas desde la Educación Física frente a la concepción de cuerpo imperante en los Medios Masivos de Comunicación: Desafíos actuales para la escuela [en línea]. 10mo Congreso Argentino de Educación Física y Ciencias, 9 al 13 de septiembre de 2013, La Plata. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.3311/ev.3311.pdf
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