Vivimos en ambientes donde la violencia hasta se naturaliza. Mucho de ella proviene de las pantallas de televisión ¿Qué variables podemos tener en cuenta? ¿Qué mecanismos psicológicos desata? ¿Existen actitudes familiares que agudizan el problema?
La violencia tiene un gran impacto en TV. Las
investigaciones afirman que el 85% de los programas de ficción contiene
violencia. Para hacernos una idea, un adolescente, antes de acabar este período
evolutivo, habrá contemplado más de 13.000 muertes.
La contemplación de la violencia provoca violencia o al
menos eso es lo que se supone, pero es difícil de demostrarlo empíricamente.
Las variables que estarían implicadas en el impacto negativo de la violencia
televisiva pueden ser las siguientes:
1. El contexto
donde ocurre esa violencia. Si los contextos violentos que se nos ofrecen son
similares a nuestro medio vital habitual, se podría dar un aumento de las
actuaciones violentas por identificación con las mismas. La mayor parte de la violencia
en TV ocurre en contextos interpersonales muy similares a nuestras propias
vivencias.
2. La
justificación de la
violencia. La violencia gratuita tiende a aumentar el
comportamiento violento, en la mayoría de las situaciones violentas que
aparecen en la pequeña pantalla no se presenta como el último recurso sino más
bien como el único. Los menores pueden acaba pensando que el ser violento es el
único modo de ser.
3. El contenido
de la
justificación. Qué se nos puede decir con esa violencia. Los
héroes violentos suelen erigirse en portadores de la verdad y la justicia, y
dictaminan la bondad de los hechos por encima de los criterios éticamente
aceptados por la sociedad.
4. La persona
que percibe la violencia: Evidentemente la receptividad de la persona que está
expuesta a las acciones violentas en la televisión depende de muchas variables,
las principales podrían ser las siguientes:
·
Grado de frustración con el que se encuentre el
televidente (situación puntual que acentúa la contemplación de la violencia).
·
Agresividad del perceptor (los más agresivos
tienden a actuar de forma más violenta cuando ven violencia).
·
En el caso de los niños hay que añadir la
fragilidad de sus criterios éticos, que les hace aceptar las expresiones
violentas sin discernir su idoneidad
La asunción de la
violencia por parte de los más pequeños se puede explicar a través de distintos
mecanismos psicológicos. Los más destacados podrían ser los siguientes:
IDENTIFICACIÓN con
los personajes de los programas televisivos. Mecanismo de raíces psicodinámicas
que nos habla de la adopción como propia de las características del héroe por
parte del niño.
IMITACIÓN:
Condicionamiento Vicario. La imitación de un modelo socialmente aceptable, el
héroe, por parte del menor.
AGUDIZACIÓN: La
violencia incrementaría el comportamiento violento de sujetos propensos a la misma. Actuaría
como estímulo desencadenante en aquellos niños especialmente inquietos.
ANSIEDAD: El temor
ante el entorno que se nos presenta como violento, conduce a respuestas
defensivas que pueden producir respuestas de imitación, que en este caso serán
respuestas violentas.
ASOCIACIÓN: Tiene que
ver con el Condicionamiento Clásico. Se trata de asociar que ante situaciones
de conflicto la única respuesta posible es la respuesta violenta. La repetición
de este mecanismo va a generar otro proceso:
ACTIVACIÓN DEL
INDIVIDUO: La repetición de respuestas violentas va a disminuir el umbral de
sensibilidad del niño ante la misma y le va a facilitar emitir respuestas
similares.
DESENSIBILIZACIÓN:
Ley de la Habituación ante la repulsa de la violencia. La
sucesiva exposición ante situaciones violentas produce que el niño cada vez
sienta menos malestar ante las mismas. Esto podría explicar el silencio en los
procesos de victimización entre iguales. Para un niño que está acostumbrado a
aceptar las respuestas violentas no le va a suponer nada ver como maltratan a
otro niño.
Pero el proceso de
aceptación de la violencia televisiva y su transpolación a la vida real no sólo
depende de variables individuales del niño. También la actitud familiar ante
esta violencia influencia y facilita esa posible transpolación de la que
hablamos. Entre las variables familiares implicadas en la repercusión de la
violencia televisiva en los más pequeños estarían:
1. Comportamiento
violento de los padres: un patrón de comportamiento violento por parte de algún
progenitor o de ambos sumado a la contemplación de violencia en televisión
puede aumentar las respuestas violentas en los niños, además de su justificación.
2. La
contemplación de programas violentos por los padres: sobre todo cuando esta
contemplación no es criticada, puede inducir a los menores a entender que si
sus padres no condenan dicha violencia es que la misma es aceptable y, por
tanto, ellos la pueden imitar con tranquilidad
Parece que hasta
ahora estamos hablando sólo de series de ficción con personajes humanos, pero
de la violencia tampoco se escapan los dibujos animados y las series de
animación. En los dibujos animados las secuencias violentas son muy frecuentes.
Los datos empíricos nos revelan datos sorprendentes:
El 40 % de las
conductas violentas son ejecutadas por los protagonistas.
El 66% de las mismas
son de carácter proactivo, no se producen como defensa ante nada.
El 75 % de las
consecuencias de la violencia no aparecen o son mucho menores que en las de las
de ficción reales.
La mayoría de las
veces las conductas violentas están justificadas por un fin (amistad,
justicia...)
No perdamos de
vista que la abundancia de programas violentos a los que sometemos a los
menores y la falta de respeto por parte de las cadenas televisivas en su
compromiso de crear y cuidar franjas de contenido infantil no dejan de ser un
maltrato institucional y social a la infancia. Sin embargo, que la violencia
contemplada se plasme en la conducta personal dependerá, en buena parte, de la
respuesta que den todos aquellos que tienen responsabilidades educativas sobre
los niños: la familia, la escuela y los medios de comunicación.
Fuente
Escuela de Padres
MEC
Ministerio de Educación de España