Quien fuera el malo, ahora es el bueno
Ante la
necesidad burocrática de iniciar el ciclo escolar en la tercera semana de
agosto, como todos los años, la SEP toma una medida radical: serán las
televisoras las que jugarán el papel principal en el proceso educativo al ser
encargadas de retransmitir los contenidos escolares para los alumnos. Qué
paradoja, quien es el enemigo principal de la formación de niños y adolescentes
al promover una pesada carga de mensajes dirigidos al consumismo y antivalores
en su programación televisiva, ahora se convierte en el aliado número uno del
gobierno. Queda a un lado la idea-queja de una buena parte del magisterio de
que lo poco que se avanza en la escuela en la mañana en la formación científica
y humanista, según los Planes y Programas de estudio, la TV lo destruye en la
tarde y noche con programas y comerciales de contenido contrario.
Nuevamente
la SEP toma una decisión unilateral de acercamiento a las televisoras. Dejan
fuera las aportaciones que pudieran hacer los maestros para mejorar el trabajo
bajo las actuales circunstancias. Desechan la corta, pero enriquecedora,
experiencia del trabajo en línea que muchos docentes llevaron a cabo para
salvar el final del periodo escolar pasado. Es cierto que una gran parte de los
alumnos del país no tuvieron la infraestructura necesaria (conexión a internet,
computadora, teléfono “inteligente”, es más ni electricidad en ciertas zonas)
para hacer la llamada Escuela en casa, pero sí hubo muchos
casos de maestros, alumnos y padres de familia que establecieron comunicación,
sea virtual o más a la antigüita, para continuar de alguna manera el trabajo
educativo.
En Nuevo
León la experiencia en el cierre del ciclo escolar pasado fue diversa. Mientras
que había alumnos y maestros que no contaban con la tecnología necesaria para
el trabajo en línea, hubo otros que al tener sus propios recursos tecnológicos,
sacaron ideas de su experiencia y creatividad para sortear una situación
inédita para la que nadie estábamos preparados. Utilizando diferentes
herramientas desde zoom y classroom, hasta whatsapp y
correos electrónicos, estuvimos en comunicación con alumnos y padres de
familia para estudiar los contenidos que marcan los Planes y Programas.
A pesar
del gran esfuerzo realizado por muchos docentes en el diseño de actividades
para sus alumnos y revisar tareas de decenas o cientos de ellos en el caso de
secundaria, se pueden observar algunas limitaciones derivadas del trabajo en
línea. Destacamos dos de ellas:
·
La
inequidad se profundiza al dejar de recibir el servicio educativo una gran
cantidad de alumnos que no poseen en sus casas la infraestructura tecnológica;
además de las condiciones propias de su vivienda, no es lo mismo el alumno que
realiza el trabajo escolar en su cuarto, al que lo realiza en la habitación que
tiene que compartir con el resto de su familia porque no hay más.
·
Por más
herramientas tecnológicas que se utilicen para mejorar el trabajo en línea, y
aun suponiendo que la cobertura complete al 100 % de los estudiantes, nunca se
va equiparar con la riqueza de la experiencia educativa que se puede extraer en
el aula cuando se hace un uso adecuado de la didáctica y la pedagogía con una
participación activa del alumno en el proceso educativo y no como un
mero receptor. La socialización de conocimientos en el aula, el trabajo en
equipo, la interacción directa con los docentes, la convivencia de los
estudiantes en el salón de clases y en las demás instalaciones de la escuela
son experiencias formativas que el trabajo en línea nunca va a poder brindar.
Convivencia y aprendizaje. Foto
tomada de Internet
Descuido
consciente y criminal
Como
algunos pedagogos lo han afirmado, la pandemia desnudó el enorme atraso del
sistema educativo mexicano, además de otros sectores como salud, empleo,
salarios y teniendo a la corrupción como eje transversal entre ellos.
Autoridades afirman constantemente, y medios de comunicación lo repiten, “la
pandemia nos tomó por sorpresa, no estábamos preparados para enfrentarla”.
Precisamente esa es la falla, no estar preparado, pero no precisamente para una
pandemia, un huracán o un terremoto como casos extraordinarios. “Estar
preparado” no se trata únicamente de hacer cosas en el presente para enfrentar
posibles desafíos o amenazas del futuro. “Estar preparado” se trata de estar
haciendo lo necesario para que la población tenga sus necesidades humanas
básicas satisfechas de una manera digna; como lo son casa, alimentación,
vestido, salud, educación y recreación.
En sus
conferencias el Dr. López-Gatell constantemente se refiere al abandono que por
decenas de años estuvo el sector salud y que esto agranda las dificultades para
enfrentar la pandemia con mejores resultados. Exactamente pasa lo mismo con el
sistema educativo mexicano. Reformas educativas van y vienen y México sigue
descendiendo en los parámetros educativos internacionales. Cada gobierno
sexenal que ha presumido una reforma educativa ha ignorado, para que ésta
funcione, crear la infraestructura necesaria en las escuelas y modificar las
condiciones de trabajo de estudiantes y docentes en cuanto a la organización
escolar. Muchas escuelas carecen no sólo de internet y de equipo de las nuevas
tecnologías, en muchos casos también de servicios básicos. Además la mayoría de
los grupos están atiborrados de alumnos, los programas de estudio son
excesivamente largos en sus contenidos, los tiempos de hora-clase son muy
limitados, hay falta de personal de apoyo (psicólogos, maestros de educación
especial) que auxilien al docente en su trabajo académico, y en general más
personal para que realice las 3 o 4 comisiones que a cada maestro se le asigna
además de su trabajo docente. Todo esto dificulta la aplicación de la pedagogía
y la didáctica propuesta en los Planes y Programas, aún y cuando se da
capacitación a los maestros sobre las nuevas metodologías educativas, es
imposible aplicarlas en el aula por las razones enlistadas. Cada vez
que surge una nueva Reforma Educativa se olvidan acompañarla de los cambios
necesarios en la organización escolar para que esa reforma funcione, por eso
TODAS han fracasado.
Un
ejemplo de fracaso del sistema educativo mexicano es que la mayor parte de las
reformas educativas coinciden en que uno de los objetivos más importantes de la
educación básica es desarrollar en los estudiantes la capacidad crítica y
reflexiva en el marco de una educación científica y humanista. El sistema
educativo no está diseñado para alcanzar esos logros, por eso muchos docentes
se ven con la presión de avanzar y terminar el programa de estudios a como dé
lugar, basando la enseñanza en el exceso de prácticas memorísticas. Pocos son
los maestros que por iniciativa propia toman lo esencial del programa y logran
una participación activa de los alumnos en la construcción del conocimiento,
motivando al alumno a aprender no sólo con el objetivo de una buena
calificación, sino vincular el aprendizaje con su realidad y cómo utilizarlo
para transformar de la sociedad lo que se tenga que transformar. Si el sistema
educativo, como institución, formara alumnos críticos y reflexivos tal y como
es el enfoque de los programas de estudio, México sería muy diferente a como es
ahora en todos los aspectos. Entonces ¿será que le interesa al Estado una
educación así para la población? ¿Le conviene?
Claro que
hacer lo necesario para que funcione una reforma educativa implica construir
más escuelas, contratar más maestros y personal de apoyo, crear la
infraestructura necesaria en cada plantel y seguramente ampliar el horario
escolar con lo que ello implica: desayunos y/o comidas escolares proporcionada
a los alumnos, salario profesional a los trabajadores de la educación por lo
menos. En fin, hacer estos cambios significa aumentar considerablemente el
gasto en educación, lo que no debiera ser tan oneroso ya que la UNESCO
recomienda que un país como México dedique el 8% del PIB al gasto educativo. En
México no llega al 5 % y en algunos estados como Oaxaca, Chiapas y Guerrero
apenas llega al 2,5%. A manera de comparación, Cuba destina alrededor del 13%
del PIB a educación, por lo que sus excelentes resultados educativos son
reconocidos internacionalmente.
“Montaña de Guerrero: cuando la educación a distancia se topa con la realidad.” Pie de Página
Este
abandono de la educación en México es descuido voluntario, precisamente porque
para el Estado no es una prioridad formar ciudadanos que piensen. Entonces, no
invierte lo que se necesita en educación para una formación integral de los
estudiantes. Que el niño, adolescente o joven aprenda a obedecer órdenes
o instrucciones y a desarrollar la habilidad de teclear botones de máquinas,
robots o computadoras es lo que el sistema laboral requiere para la mayoría de
sus empleados. Sólo unos cuantos estudiantes se formarán para dirigir, para
pensar cómo producir más cantidad de productos a menor costo y cómo ganar mercados.
Estos estudiantes se forman en selectas escuelas privadas.
“Ahora,
quién podrá defendernos”
Es en
este escenario de atraso educativo que llegamos a una situación de
confinamiento provocado por la pandemia que vivimos. Entonces, después de
sortear el cierre del ciclo escolar pasado, bien pudiera ser que ahora la
autoridad educativa, con la coloquial y famosa expresión difundida por la
televisión: ¿Ahora quién podrá defendernos?, voltee a las televisoras
para que estas hagan el papel del popular personaje del Chapulín
Colorado. Y es que con la idea por delante de ampliar la cobertura por lo
menos a 90% de la población estudiantil y ante la imposibilidad de tener en lo
inmediato una infraestructura suficiente para crear vínculos más efectivos
entre maestros, alumnos y padres de familia, el acuerdo con las televisoras es
la alternativa más a modo que encontraron. Les urge cumplir con la tradición de
iniciar el ciclo escolar en agosto.
No se
trata entonces de que no se pueda hacer otra cosa porque la pandemia “nos
sorprendió”, lo cierto es que desde hace decenas de años la educación ha sido
abandonada y dejó de ser parte medular del proyecto nacional de
desarrollo, no se ha robustecido de tal forma que estuviera en mejores
condiciones de enfrentar la pandemia o cualquier otra eventual contingencia.
Ante la imprevisión de muchos países en el aspecto educativo, ya están prestas
a entrar en escena empresas transnacionales que monopolizan las tecnologías de
la información y la comunicación, TIC, para concretar acuerdos con países,
incluido México, con el fin de diseñar programas educativos que les van a
permitir tener una gran influencia en todo el proceso educativo.
Ante las
condiciones tan adversas y complejas del sistema educativo, es muy tentador
ceder el problema a empresas privadas especializadas en la comunicación y la
educación, con el pretexto de que todos debemos unir esfuerzos para ganarle la
guerra al virus. Prefieren aplicar soluciones inmediatas en una especie
de outsourcing educativo, a iniciar un programa de gran calado para
transformar completamente el sistema educativo mexicano cubriendo las carencias
que con la pandemia se desnudan.
Otra
alternativa
Si bien
el uso inmediato de la televisión para retransmitir contenidos tiene la ventaja
de alcanzar la mayor cobertura posible en las condiciones actuales, ésta no
debe tomar el papel principal en el proceso enseñanza-aprendizaje. Su inclusión
debe ser temporal y subordinada al trabajo de los maestros. A la par es urgente
iniciar la construcción de una profunda reforma al sistema educativo.
La
llamada nueva normalidad en las escuelas no debiera limitarse a pedir a todo el
personal escolar a guardar la sana distancia, llevar cubre boca y careta,
lavarse las manos constantemente y mantener desinfectadas las áreas de trabajo.
La nueva normalidad debe contemplar cambios profundos en el sistema educativo
que, ahora sí, permitan formar alumnos reflexivos, críticos, capaces de pensar
y tener control de sus emociones para una convivencia escolar sana. En la
construcción de estos cambios debe tomarse en cuenta la participación activa de
docentes, alumnos y padres de familia, es la única forma de que se acepte y
arraigue una reforma educativa.
Un
programa de transformación del sistema educativo debiera incluir entre otras
cosas lo siguiente:
ü Actualización profunda y pertinente dirigida
a los maestros, y de aplicación práctica en el aula, sobre un modelo educativo
con base humanista y científica que lleve a una verdadera formación integral de
los alumnos.
ü Revisión de los Planes y Programas de estudio
para eliminar el exceso de contenidos en incluir aquellos que privilegien el
desarrollo de habilidades lectoras y el gusto por la lectura, el pensamiento
matemático lógico, el conocimiento de las ciencias naturales y sociales como
explicación científica de la evolución y cuidado del planeta y comprensión de
los problemas sociales, la convivencia humana basada en el reconocimiento y
aceptación de la diversidad y la apreciación y práctica de las artes como medio
de sensibilización y expresión personal.
ü Actualización magisterial en el conocimiento
y aplicación de las TIC en el aula. Aquí se debe incluir el análisis y
discusión sobre el uso de las TIC para el trabajo en línea cuando se tenga
necesidad de implementar el programa Escuela en casa ante una contingencia,
como en el presente confinamiento.
La
experiencia que acabamos de tener en el “trabajo en línea” nos muestra que esta
práctica se realizó de manera muy limitada, y muchas veces errónea. El trabajo
didáctico en línea no puede consistir en que cualquier docente exponga una
clase por un monitor teniendo al alumno sólo como receptor. Creo que este campo
del uso de las TIC para el trabajo escolar en línea apenas se está experimentando.
Se requiere un mayor estudio de cómo su uso puede ser realmente didáctico.
ü Modificación en la organización escolar que
contemple aspectos como los siguientes: un máximo de 18 alumnos por grupo en
preescolar y 25 en los niveles de primaria y secundaria, tal como lo
recomiendan especialistas en pedagogía; modificación en las horas-clase de
materias para que se tenga el tiempo suficiente al abordar el estudio de los
contenidos. Lo más probable es que se requiera extender el horario escolar para
realizar todas las actividades en la escuela sin que sea necesario encargar
tareas en casa. Para que esto se materialice será necesario contratar más
maestros y construir más escuelas.
ü Aumentar el personal de apoyo necesario para
auxiliar a los maestros en la atención a alumnos con necesidades educativas
especiales o problemas emocionales así como para atender la gran cantidad de
tareas que demanda la escuela. El trabajo académico del docente frente a grupo
debe ser sólo ese de tiempo completo, no distraer su atención en otras
actividades como actualmente se hace.
ü Equipamiento de la infraestructura requerida
para que las escuelas tengan todos los servicios básicos, además de conexión a
internet y los aparatos tecnológicos necesarios como apoyo al trabajo académico
de alumnos y maestros.
ü Atención a la nutrición de los alumnos
eliminando totalmente de las cooperativas escolares la venta de comida chatarra
y realizando campañas sobre los beneficios a la salud de una sana alimentación.
Procurar programas de distribución de desayunos y/o comidas sanas en las
escuelas gratuitas o con un costo simbólico.
Es mucha
la inversión económica para lograr esta transformación, pero es lo que se
necesita. Tal vez sea suficiente aumentando el gasto educativo al 8% del PIB,
como lo sugiere la UNESCO.
Las
autoridades federales actuales afirman, cada vez que tienen oportunidad, que
recibieron un país en ruinas debido a condiciones obscenas como al saqueo de
nuestras riquezas, la escandalosa corrupción y la ausencia de políticas
públicas que niegan la satisfacción de las necesidades básicas a la mayoría de
la población.
Superando
las lamentaciones, la cuestión es si a la 4T y su austeridad republicana ¿le
interesará y será capaz de resolver de fondo, con su Nueva Escuela Mexicana, el
atraso educativo en el país implementando una verdadera transformación del
sistema educativo? Por lo pronto la última Reforma Educativa, tal y como fue
aprobada por este gobierno está lejos de alcanzar este objetivo. Necesitan
echarle más ganas.
Por José Manuel Ávalos
Monárrez
El autor
es profesor normalista de Monterrey con 30 años de antigüedad frente a grupo.
Actualmente se desempeña en el nivel de secundaria con especialidad en Ciencias
Sociales.
Fuente
https://academicxsmty43.blog/2020/08/17/sobre-el-papel-de-la-tv-en-la-educacion-y-que-realmente-requerimos-por-jose-manuel-avalos-monarrez/