Existen numerosas razones para no considerar al aparato de televisión como un artefacto más, ejerce poderosa influencia, en especial sobre los niños. Los siguientes párrafos, extraídos de un trabajo de investigación, reflexionan sobre los efectos negativos y positivos de la televisión y la forma de usarla, en los niños.
Efectos negativos de
la tv en los niños
Hace ya bastantes años que los científicos demostraron que
los contenidos televisivos afectan a los niños y favorecen que estos imiten o
reproduzcan los modelos de conducta que ven. Por eso resulta tan grave la
exposición sistemática a imágenes violentas; los críos aprenden a resolver sus
problemas con violencia y se vuelven insensibles ante las consecuencias
derivadas a sus acciones.
Los niños que ven durante más horas la televisión son más
agresivos y pesimistas, menos imaginativos y empáticos, tienden a ser más
obesos y no son tan buenos estudiantes.
Está demostrado que el contenido de los mensajes de la
televisión, sobre todo en el mundo accidental y más aun en los países
subdesarrollados, es de baja calidad artística, con altos contenidos de
violencia, agresión y exaltación de valores que no están de acuerdo con los
intereses de nuestra sociedad. La exaltación del individualismo, el énfasis por
el dinero y los bienes económicos, etc. La televisión ayuda a la formación de
imágenes estereotipadas con respecto a profesionales, grupos étnicos,
religiosos o políticos.
La TV presenta muchos más estereotipos de los que se
encuentran en la vida real. Aparecen más hombres, y éstos son más agresivos,
activos, constructivos y serviciales, sus actividades les aportan recompensas
tangibles. Pero las mujeres tienden a ser diferentes, pasivas e ignoradas, y son
castigadas si se vuelven muy activas. En los últimos años se está cambiado su
imagen en la televisión, las mujeres pueden trabajar fuera de casa y, los
hombres pueden estar a cargo de los niños, pero todavía hay muchos estereotipos
del género.
La teoría del aprendizaje social plantea que los niños
imitan los modelos que ven y entonces, los que ven más TV estarían más
tipificados por el género. Además, se demostró que ambos sexos recuerdan mejor
las secuencias televisivas que confirman estereotipos, pero cuando éstos son
rotos, los niños reaccionan, suelen ser más flexibles en sus visiones y aceptan
que hombres y mujeres tengan ocupaciones no tradicionales. En las
investigaciones se ha observado que las niñas son más receptivas a estos
cambios, aceptan los roles no tradicionales tanto en los demás como en ellas
mismas.
A pesar de los cambios en gran parte de televisión, se sigue
retratando un mundo en el que se valora ser hombre, blanco y joven, y se
denigra el ser mujer, viejo, de piel oscura o extranjero. A esto se le suma el
que en los comerciales las diferencias entre los roles de género son mucho
mayores en la vida real, y muy pocos de ellos rompen con los estereotipos.
Algo similar ocurre con las escenas de contenido erótico.
Por un lado, casi nunca ofrecen educación sexual, es decir, nunca hablan por
ejemplo de la posibilidad de contraer enfermedades. Por otro, dificultan que
los niños puedan distinguir lo que es adecuado a su edad y lo que no, con lo
que les puede resultar más difícil poner límites en un futuro.
Otro de los problemas asociados a la televisión es que,
mientras los chavales están tumbados en el sofá, apenas mueven un músculo. Si
encima se atiborran de chucherías delante de la pantalla, el camino hacia la
temida obesidad está servido.
En algunos casos, la tele puede incluso crear adicción. Son
niños que la enchufan nada más levantarse por la mañana o en cuanto llegan de la escuela. Dejan de
hacer los deberes por una serie o por cualquier otra cosa, y cuando alguien
apaga el aparato ponen el grito en el cielo o se muestran muy irritables. La
vida que ven a través de la televisión les satisface más que su propia
situación, y así eluden sus problemas de la peor forma.
Además de los aspectos negativos ya citados anteriormente,
existen otros muchos que a menudo suelen pasar desapercibidos o no se les llega
a dar tanta importancia. A continuación muestro una pequeña lista de algunos de
ellos, como pueden ser:
·
La televisión desplaza los tipos activos de
recreación; Disminuye el tiempo dedicado a jugar con otros niños. Disponen de
menos tiempo para usar su imaginación y para pensar. También la TV, les deja
menos tiempo para los deportes, la música, el arte, etc.
·
La televisión disminuye el tiempo disponible
para la conversación y el intercambio de opiniones; Reduce las interacciones
sociales con la familia y las amistades.
·
La televisión reprime la inclinación a la
lectura.
·
Pasar demasiado tiempo viendo la televisión (más
de 4 horas al día) decididamente disminuye el rendimiento escolar; El exceso de
televisión interfiere en el estudio, la lectura y el tiempo para pensar. Si los
niños no duermen lo suficiente porque están viendo la televisión, al día
siguiente no estarán lo suficientemente atentos para poder aprender bien.
·
La televisión reduce la voluntad para hacer
ejercicios.
·
La publicidad en la televisión fomenta la
demanda de posesiones materiales; Los niños presionan a sus padres para que les
compren los juguetes que ven anunciados. La televisión presenta el materialismo
casi como un estilo de vida.(Marco.2003 ).
Efectos positivos de
la televisión en los niños
La televisión no solo tiene efectos negativos en la
formación de los niños; sino que también es un invento fabuloso que nos
permite, además de buenos ratos de entretenimiento, un conocimiento que, sin su
existencia, sería imposible. No hay porque eliminarla o discriminarla por
completo. Bien empleada, puede aportar a nuestros hijos muchas cosas buenas, ya
que les permite conocer el mundo, aprender geografía y costumbres de otros
pueblos, aficionarse a las manualidades, el bricolaje, la cocina...
Lo importante es estudiar la oferta y hacer mucho “zapping”,
teniendo en cuenta que, muchísimas veces, los valores con un valor educativo
importante no están incluidos en la parrilla infantil, sino en el horario
escolar.
Les divierte ver programas como “Pasapalabra”, un programa
ideal para toda la familia; “El Conciertazo”, un espacio donde enseñan música
clásica de manera amena y divertida; “Waku Waku”, en el que se puede aprender
bastante de animales y ecología;
... Y seguramente se pueden mencionar otros muchos, solo
hace falta buscar bien en las programaciones de las diferentes cadenas de
televisión.
También hay películas que merecen la pena; y que fomentan la
educación y la imaginación de los más pequeños de una manera sana. El problema
es que la mayoría de ellas no se retransmiten a una hora adecuada; sino que las
echan cuando los niños están en el colegio o de madrugada; ante estas
situaciones, se pueden grabar y ser vistas luego por toda la familia.
Precisamente, ver la televisión con ellos y comentar los
contenidos que aparecen en ella, es una regla de oro en el uso de la pequeña
pantalla: Así sacan mejor provecho de los buenos programas, se contrarrestan
los efectos nocivos de los que no lo son, se fomenta su espíritu crítico y, lo
mejor, se llega a pasar un rato estupendo en familia. Por ello los padres
pueden y deben ayudar a sus hijos a tener experiencias positivas con la
televisión, de esta manera su deber es:
·
Mirar los programas con los hijos.
·
Escoger programas apropiados para el nivel de
desarrollo del niño.
·
Poner limites a la cantidad de tiempo que pasan
ante la televisión (tanto a diario como por semana)
·
Apagar el televisor durante las horas de las
comidas y del tiempo de estudio.
·
Apagar los programas que no les parezcan
apropiados para la edad de su hijo.
·
No usar la televisión como distracción o como
“niñera” en los niños de edad preescolar.
·
Enseñarles a elegir los programas con
discernimiento; enseñarles a consultar la guía de programación para elegir los
programas más adecuados.
·
Estimular a los hijos para ver programas
educativos o que enseñen los valores humanos.
·
Prohibir los programas violentos.
·
Discutir los anuncios publicitarios con sus
hijos, ayudarles a identificar cuales exageran y cuales no.
·
Hablar sobre la programación que ven,
explicándoles las diferencias entre la realidad y la ficción.
Extraído de:
LA
INFLUENCIA DE LA NUEVA TELEVISIÓN EN LAS EMOCIONES Y EN LA EDUCACIÓN DE LOS
NIÑOS
Revista Internacional de Psicología
Dr. Serafín Aldea Muñoz
Director Departamento de Psicología Universidad de Soria