Además de los libros de texto y los cuadernos de trabajo, uno de los soportes de la estrategia Aprende en casa II es la televisión. Los nuevos programas televisivos, disponibles a partir del 14 de septiembre, intentarán contribuir al aprendizaje de los estudiantes. Desafortunadamente, en los discursos oficiales y las encuestas sobre la primera experiencia educativa a distancia, poco se aborda acerca de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, implícitos en ellos los programas de televisión. A partir de la revisión de cinco de éstos, de educación primaria –tres de quinto y sexto grados (de Matemáticas, Geografía y Ciencias Naturales) y dos de tercero y cuarto grados (de Matemáticas) –, se detectan algunos aspectos que deberán modificarse en las nuevas emisiones, así como otros que deberán continuar.
En los programas de televisión analizados se
observa una monotonía en la estructura de los mismos: el desarrollo consiste
básicamente en la sucesión de videos y el posterior planteamiento de preguntas
por parte del presentador, siendo estos dos recursos, prácticamente, los únicos
de los que se echa mano. Las clases se vuelven predecibles. Cabe mencionar, con
respecto a las preguntas de los conductores, que se debe evitar su abuso: en la
clase del primero de mayo de Matemáticas, para tercero y cuarto grados, que
duró 22 minutos, se lanzaron once preguntas a los estudiantes, es decir, un
promedio de dos por minuto, bombardeo enfocado principalmente a conocimientos
declarativos. La respuesta a preguntas no debe ser el producto exclusivo de los
programas de televisión: los alumnos pueden elaborar dibujos, esquemas o
reflexiones, entre muchas otras más producciones que pueden dar cuenta del
aprendizaje de los niños.
El proceso de selección de los videos que se
utilizan en los programas debe ser mucho más cuidadoso, en aras de evitar
información descontextualizada o excesiva. Por ejemplo, para desarrollar en los
alumnos de quinto y sexto grados los conocimientos relativos al uso de medidas
estándar y sus múltiplos y submúltiplos, se recurre a videos donde se abordan
conceptos muy alejados del alcance de los alumnos, como el IPK (Prototipo
Internacional del Kilogramo, por sus siglas en inglés). Lo mismo sucede en la
clase de Ciencias Naturales de los mismos grados, del 27 de abril, donde se
exponen mediante un video los resultados de una investigación acerca de los
hábitos alimenticios en Argentina. Volviendo a los materiales de Matemáticas,
se hace alusión a instituciones y secretarías de aquel país sobre los patrones
de medida y su relación con organismos internacionales. Evidentemente, la
información presentada es ajena al entorno conocido por los niños, difícil de
asimilar y poco relevante para los objetivos de aprendizaje.
Aunque la vocación de la televisión es la
comunicación unidireccional, es necesario también advertir el papel
predominantemente pasivo de los alumnos. La mayor parte del tiempo los
estudiantes observan videos y son pocas las ocasiones para algún tipo de
actividad que promueva un ejercicio más activo de la mente. Quizá la
recuperación del libro de texto, al cual se hace referencia al final de las
sesiones sólo para especificar las páginas en las que se abordan los temas,
pudiera ser un elemento para propiciar un papel más dinámico en los estudiantes.
Los programas de televisión no deben olvidar que lo sustantivo de una clase no
es que el alumno escuche una explicación, sino que realice actividades que le
permitan modificar sus esquemas de pensamiento y lo conduzcan al aprendizaje.
¿Será esto posible a través de la televisión?
Especialmente en los programas de Matemáticas se
aprecia una situación preocupante con respecto a la conducción de los procesos
didácticos: el desapego de los enfoques de enseñanza. Una clase para alumnos de
tercero y cuarto grados contiene un error tan básico como iniciar mediante el
planteamiento de procedimientos formales para restar fracciones. La
explicación, como ya se dijo, se da al inicio, cuando lo recomendable es que
este tipo de intervenciones por parte del profesor, en las que se aproxima al
conocimiento convencional, se sitúen cuando los alumnos ya tuvieron la
posibilidad de interactuar con el objeto de estudio; esta situación se repite
en la clase de Geografía de los mismos grados, del 27 de abril, cuando la parte
inicial de la clase se destina a definir el concepto de calidad de vida. No se
incluye en la clase de Matemáticas uno de los elementos fundamentales de su
enfoque pedagógico: la resolución de problemas.
En algunos de los programas revisados se observa debilidad
en cuanto a la correspondencia entre los propósitos de aprendizaje y las
actividades propuestas. Por ejemplo, en la clase de Matemáticas de quinto y
sexto grados del siete de mayo, que pretendía que los estudiantes conocieran la
utilidad de medir la magnitud del peso, utilizar las unidades de medida
estándar y sus múltiplos y submúltiplos, simplemente se les pide a los niños
que pregunten a sus familiares cuál es su peso en kilogramos y lo transformen a
gramos; buena parte de la clase se destina a conocer un museo argentino sobre
balanzas o a revisar, de manera mecánica, los procedimientos para transformar
múltiplos y submúltiplos del gramo. El propósito inicial se fue diluyendo en el
transcurso de las actividades.
¿Qué conservar? En los programas revisados se
observan dos elementos que deberían continuar y consolidarse en las nuevas
emisiones. El primero de ellos es el uso de casos: en la clase de Ciencias
Naturales para alumnos de quinto y sexto grados, se utiliza un video que expone
una historia de un niño con mala alimentación; a partir de él, el alumno puede
deducir buenos y malos hábitos alimenticios, sin la necesidad de que estos
conocimientos le sean proporcionados mediante una explicación formal. La
televisión puede representar un instrumento poderoso para la presentación de
historias, testimonios, paisajes o presentaciones artísticas, entre otros
recursos, a partir de los cuales se puedan propiciar aprendizajes.
En segundo lugar, en la clase mencionada, aunque
quizá no con la intensidad deseable, se observan actividades que propician el
involucramiento de la familia y de las actividades propias del hogar: se pide
que, en conjunto, el alumno y su familia reflexionen sobre la alimentación que
llevan en casa. Actividades como la preparación de un alimento en familia,
además de las múltiples áreas de conocimiento que abarca, pudiera representar
una experiencia a partir de la cual se promuevan aprendizajes significativos en
los estudiantes. Ya múltiples voces claman por el aprovechamiento de la familia
en las tareas de aprendizaje, formal o informal, de acuerdo a sus
posibilidades.
Como se observa, el uso de los programas de
televisión en la estrategia educativa a distancia debe ser revisado
profundamente, sobre todo en términos pedagógicos, de modo que las nuevas
emisiones gocen de mayor aceptación. Debe aprovecharse el indudable potencial
que, en cuanto a cobertura, tiene este medio de comunicación, presentando
además una oferta pertinente para la comunidad educativa. Abarcar menos y
profundizar más, en cuanto a contenidos, es un planteamiento sencillo que
podría redundar en mejores aprendizajes, alejando a la televisión de la
tentación de querer cubrir lo que la escuela hace cotidianamente. Se debe
recordar que será el único medio de aprendizaje para muchos alumnos, sobre todo
de aquellos en cuyos hogares no existen condiciones materiales, sociales ni
culturales propicias para la actividad escolar. Ojalá la televisión no sea una
extensión de la lastimosa tradición en la que los más desfavorecidos reciben
las peores oportunidades educativas. Que no sea una “televisión para jodidos”
como, se dice, alguna vez sugirió “El Tigre” Azcárraga, hijo del fundador de
una de las cadenas hoy aliadas de la educación a distancia.
Por
Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense.
Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente
de educación superior (Instituto Superior de Educación
Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en
Pedagogía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario