Duro pronunciamiento de la Academia de Educación
Con la mirada puesta en la pobreza y la vulgaridad de los contenidos de la televisión, y la nula aplicación de las sanciones previstas en la ley de radiodifusión, la Academia Nacional de Educación advirtió ayer sobre las consecuencias negativas que algunos programas "producen al cuerpo social, especialmente a los sectores de menor nivel educativo, los niños y jóvenes".
El pronunciamiento no hace nombres de programas ni conductores, pero advierte que "las serias deficiencias son comprobables a diario con sólo escuchar o mirar algunos de los más importantes medios electrónicos de comunicación".
"En vez de ser el gran aliado de la educación, los medios son muchas veces su principal adversario" dijo el educador Horacio Sanguinetti, presidente de la academia, al dar a conocer la crítica declaración en una rueda de prensa, acompañado por Pedro Luis Barcia, Pedro Simoncini, Julio Labaké, Antonio Battro y Alberto Raúl Dalló, miembros de la institución.
Los académicos atribuyeron la principal responsabilidad del deterioro de la TV al Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), que se desentiende de las infracciones y no aplica las sanciones previstas en la ley 22.285. Esta norma declara responsables a los titulares de las licencias de radio y TV por el contenido y el desarrollo de las transmisiones, pero según advierten los académicos las infracciones del régimen legal nunca reciben sanciones. Los castigos, que deberían aplicarse en forma progresiva, son el llamado de atención, apercibimiento, multa, suspensión de publicidad y caducidad de las licencias.
La queja de la academia se suma a la reciente encuesta del Foro del Sector Social, que reflejaba en junio último un mayoritario rechazo de los adultos a los contenidos de la TV, a pesar de los altos niveles de rating de los programas más cuestionados.
"En los últimos años han sido frecuentes y justificadas las quejas de la sociedad, por los contenidos de algunos medios audiovisuales, las flagrantes infracciones de la ley que rige su funcionamiento y las múltiples consecuencias negativas que producen al cuerpo social", señala el texto de la academia.
Barcia, que preside la Academia Argentina de Letras, reforzó el sentido de la declaración y consideró que "es muy difícil recuperar el lenguaje en los adolescentes y jóvenes. Hace diez años dominaban un vocabulario de 1200 palabras; ahora, de sólo 600". Y, preocupado, vaticinó: "Recuperar un buen caudal léxico entre los jóvenes puede llevar dos o tres años en la universidad, si es que se alcanza".
Al citar un informe elaborado por el Observatorio de la Televisión Argentina de la Universidad Austral, Barcia comentó que mientras los noticieros y los programas políticos y culturales tienen un buen nivel de expresión, los ciclos de chimentos, deportivos, infantiles y de entretenimientos presentan un alto nivel de vulgaridad y muy baja riqueza expresiva.
Simoncini advirtió que recientemente el Comfer había admitido su "falta de capacidad para resolver los problemas de regulación, frecuencia y contenidos". A lo que Barcia añadió: "Si declara su impotencia, admite su inoperancia en la gestión de los últimos años". LA NACION intentó comunicarse con autoridades del organismo oficial, pero no hubo respuestas.
La Academia de Educación advierte que "los hechos criticados se originan en causas diferentes, entre las que se destaca como fundamental la no prestación adecuada del servicio de interés público a que están obligados los permisionarios particulares". En ese sentido, Simoncini dijo que "el criterio comercial prevalece por encima del interés público".
Y Labaké fue más allá, al advertir que "hay una confusión entre interés público y consumo de la gente. Lo que se consume no necesariamente es de interés público". Al respecto, Barcia acotó: "No se le da al público lo que el público pide, sino aquello a lo que se lo acostumbró a pedir".
"La consecuencia directa de este grave incumplimiento de las licencias -prosigue la declaración- se traduce en el creciente volumen de contenidos de comprobable efecto pernicioso para la educación de grandes sectores de la población".
En ese sentido, formula un "llamado a todos los sectores con responsabilidad sobre esta grave situación, especialmente a las autoridades gubernamentales y a los empresarios permisionarios de medios y anunciantes, para llegar a acuerdos concretos que reflejen los valores de nuestra constitución y de la gran mayoría de nuestro pueblo".
Sanguinetti adelantó que la Academia de Educación promoverá encuentros con otras academias, cámaras empresariales, organizaciones de la sociedad civil y funcionarios del Estado para avanzar en acciones colectivas y acuerdos que permitan revertir el profundo deterioro.
Hubo consenso en que los padres son "responsables y permisivos" frente a la vulgaridad y la pobreza de contenidos en la TV y que muchas veces "renuncian al ejercicio de una autoridad sana".
Por Mariano de Vedia
De la Redacción de LA NACION
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